La mayoría de las personas sólo protegen su hogar después de
haber sufrido un robo, olvidando que, cuanto más tenga que trabajar un ladrón,
menor será la posibilidad de que consume su robo.
La policía indica que un ladrón necesita poco más de 60
segundos para entrar en la gran mayoría de las casas. Además, las estadísticas
revelan que sólo para uno de cada cuatro robos el ladrón necesita forzar las
vías de acceso a la vivienda; muchas veces encuentra el camino libre a través
de puertas o ventanas abiertas.
Un buen modo de saber si una casa es segura es pensar como
si fuesemos el propio ladrón. Hay que considerar qué grado de dificultad
encontraríamos al forzar la entrada desde el exterior de la vivienda, o
sencillamente, si perdiesemos las llaves, qué dificultades tendríamos para
entrar en nuestra propia casa.
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